Cerro joven
Espacio creativo para los más jóvenes de la Asociación Cultural Cerro Andrinal de Quijorna
lunes, 29 de septiembre de 2014
lunes, 23 de abril de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
Hoy no es mi día
Hacía
años que no oía algo similar. El sonido era como si mil
cochinillos estuviesen cayendo justo encima
de nuestra casa. Al principio me quedé horrorizada pero luego recordé que mi hermana Brianna estaba tocando el
tambor.
Claro,
eso explica todo.
Baje al
salón, ya que acababa de despertarme, y le dije a Brianna que dejase de tocar o
sino la casa se vendría abajo. Siendo
como es, dejo de tocar, como la vez que la dije que si no dejaba de gritar,
vendría el hombre de la selva y se llevaría a flu-fi, su peluche favorito.
Brianna
tiene una horrible manía de molestarme mientras intento dormir, y eso
exactamente fue lo que pasó hoy. Así que esta mañana ha entrado tres veces: a
las 9:23 entró a saltar en mi cama; a las 10:07 entró a ver si estaba viva; y
ahora, a las 14:14, se pone a tocar el maldito tambor. ¡Como odio cuando me hace eso!
Cuando
estaba bajando las escaleras, aparte de caerme con un peluche de Brianna, oí a
mamá decir:
-Lilly, Brianna. Bajar a
comer, hay sopa.
Como a Brianna le encanta la sopa, bajó empujándome y se pidió el plato
más lleno.
Después
de comer, mamá me dijo que si llevaba a Brianna a la piscina
municipal, me daría 10€. Así que, claramente, acepté. Hacía buen tiempo y la
piscina no estaba tan llena de gente. Hacía tanto tiempo que no iba, que lo
veía todo distinto. Cuando era pequeña, me daba miedo el tobogán gigante, que
ahora es un tobogán enano para mí. También me daba miedo el lado hondo de la
piscina porque pensaba que había tiburones, pero ahora que miro el número de
metros de profundidad, sonrío. 1 metro
Después,
decidimos ir a comprar un helado y a continuación ponernos la crema solar. Fuimos a
comprar el helado y después me tumbé en la silla para ponerme la crema. Cuando
cogí el bote, noté algo pringoso y pensé que se había caído un poco. Pero
resulta que estaba manchado de helado que se le había caído, como no, a
Brianna. Era demasiado tarde para darme cuenta porque ya había cogido el bote y
me había empezado a restregar la crema-lado. Olía a chocolate con crema y eso me disgustaba. Le dije a Brianna
enfadada:
-¡Ponte
la crema y ya estas desfilando hacia a la piscina!
Como
ella se lo toma todo en serio, se
fue desfilando de verdad. ¡Qué vergüenza! Ya
estaba harta de sus jueguecitos, así
que la cogí en brazos y la tire a la piscina. A mí me pareció gracioso pero a
ella no. Ojalá no lo hubiese hecho por que se puso a llorar tan fuerte que todo
el mundo allí presente miró hacia ella. No tenía más remedio que tirarme y
rescatarla.
Después
del remojón, le dije que ya era suficiente por hoy y que nos íbamos a casa. Me
puso esa cara de cachorrito que
siempre pone cuando quiere algo, pero esta vez no coló.
Estaba resistiéndome y entonces me dijo algo
al oído que hizo que cambiase completamente de opinión:
-Si no me llevas a la
tienda de chuches, me pongo a gritar y después
le digo a mamá que no me has dejado bañarme.
Bueno
como estaba cerquita, la llevé y la dije que se diese prisa o si no llegaríamos
tarde a casa. Nada más entrar en la tienda se puso como loca eligiendo las
chuches que quería. Era tan lenta que la di un empujón para que avanzase, pero
hice mal. Se cayó de morro y tiro todas las
chuches que tenía en la mano. Como siempre se puso a llorar, así que
rápidamente pagué y me la llevé a cuestas hacia el parque. Al llegar al parque,
fue corriendo al columpio y me dijo que la columpiase. Estaba cansadísima y no
me apetecía, pero como iba a cobrar mis 10€, lo hice y bien porque no quería
que Brianna fuese contando por ahí que la empuje dos veces, que la grité…
Ya no podía más y la dije a Brianna que ya eran las 16:56 y que teníamos que volver a casa. Bueno puso muchas pegas pero después de 5 minutos de discusión, la convencí. De camino a casa, nos encontramos a un señor que estaba vendiendo globos. ¿Y a que no sabéis a quien tuve que comprarle un globo? ¡A Brianna! Solo tengo dos cosas en contra de ese globo:
1º- Es el globo más horrible que he visto en mi vida.
2º- Costó 3€.
Ya no podía más y la dije a Brianna que ya eran las 16:56 y que teníamos que volver a casa. Bueno puso muchas pegas pero después de 5 minutos de discusión, la convencí. De camino a casa, nos encontramos a un señor que estaba vendiendo globos. ¿Y a que no sabéis a quien tuve que comprarle un globo? ¡A Brianna! Solo tengo dos cosas en contra de ese globo:
1º- Es el globo más horrible que he visto en mi vida.
2º- Costó 3€.
Menos
mal que ya se veía nuestra casa desde la cima de la ladera. Ya estaba cansada
de tanto lloriqueo. Ya estaba cansada de
tanto cuidar. Ya estaba cansada de ser la hermana mayor. Y sobre todo ahora sé
lo que siente mamá todos los días.
Cuando
estábamos a punto de doblar la esquina para pasar a nuestra calle, Brianna se
encontró a su amiga y se pusieron a hablar un buen rato hasta que tuve que
interrumpir en medio de su conversación para decir que nos íbamos. ¡Ya
llegábamos! ¡Parecía un sueño hecho realidad! ¡Lo había logrado y con vida!
Llamé al timbre y cuando mi madre abrió, entre escopetada. Le pregunté a mamá
que cuando me daría mi sueldecillo y ella me
contestó:
-Cariño
no tengo 10€ aquí sueltos así que tendrás que conformarte sin ellos.
Me
quedé boquiabierta y le dije que después de todo lo que había pasado merecía
algo.
Moraleja: Nunca le digas que "sí" a tu madre si se trata de cuidar a tu hermana pequeña.
Escrito por Lucía Pollán
Escrito por Lucía Pollán
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